Tríptico de sonetos ganador de la LI Edición de los Juegos Florales

REDIMISTI MUNDUM

 

I

CONTEMPLACIÓN

 

Sobre la piel desnuda de la tierra,

yérguese el vuelo de tu Forma Pura:

sueño imposible de la piedra dura,

vida en la muerte, Cruz, paz en la guerra.

 

Ya de la agreste curva de la sierra,

ya del limpio tapiz de la llanura,

eres razón de ser, cumbre y altura,

efluvio del Misterio que te encierra.

 

Las cuatro direcciones de tus brazos

estrechan los confines desde el centro,

salvando de la ruina los retazos.

 

Timón que nos conduce mar adentro,

puñal que nos libera de los lazos,

faro de luz que sales al encuentro.

 

 

II

SACRIFICIO

 

Altar de nuestros duelos y alegrías,

mesa de compasión, ara del hombre,

no hay quien te mire, Cruz, y no se asombre,

de las altas, feroces agonías.

 

Sé tú la meta de las ansias mías,

la cifra de las notas de mi nombre,

la pala que despeje y desescombre

el solar devastado de mis días.

 

Vertical de la sangre y de los clavos,

horizonte de alas extendidas,

conviértenos de pronto en tus esclavos.

 

Entrada para todas las salidas,

yugo suave para tiempos bravos,

sostén de nuestros pasos y caídas.

 

 

III

REDENCIÓN

 

La savia de este Árbol milenario

tiñe de rojo el alma de las rosas,

transitando las venas de las cosas

y la flecha fugaz del calendario.

 

Tronco robusto, neto y solitario,

raíces como manos amorosas,

copa fecunda, ramas nemorosas,

bajo el cielo gigante del Calvario.

 

Eres del peregrino la morada,

la cena, el lecho, el báculo, la hoguera,

el punto de partida y de llegada.

 

Fúndese inerme como blanda cera

el pecado al calor de tu mirada.

Hagámonos tres tiendas a tu vera.

 

 

Autor: D. Enrique Jerez Cabrero | Ganador de la LI Edición de los Juegos Florales