
Los trabajos, que han tenido una duración aproximada de cuatro meses, han tenido como objetivo paliar los daños que se estaban produciendo sobre la imagen tanto a nivel de soporte como en el estrato de policromía, el cual presentaba una alta degradación fruto de dos «restauraciones» acometidas en torno a los años veinte o treinta y en la década de los ochenta del pasado siglo, respectivamente.
La imagen, además de presentar un estado de conservación adecuado a los trabajos acometidos, retirando buena parte de la suciedad, repintes y polvo acumulados a lo largo de los años, presenta un nuevo nimbo y copa -uno de los atributos iconográficos correspondientes a San Juan Evangelista-, recuperando así la iconografía original de la talla.
Si quiere conocer con más detalle el proceso de restauración, puede consultar el blog de la empresa responsable de la restauración pinchando aquí
