De la segunda carta de Santa Clara a Santa Inés:
– Si sufres con Cristo pobre, reinarás con Él; si lloras con Él, gozarás con Él; si mueres con Él en la cruz de la tribulación, poseerás con Él las mansiones celestes y tu nombre será inscrito en el libro de la vida. Por lo cual, participarás para siempre de la gloria del reino celestial a cambio de las cosas terrenas y transitorias, de los bienes eternos a cambio de los perecederos. (2CtaCl 21-23).