LLAMADOS A LA SANTIDAD
La santidad no es el lujo de unas pocas personas, sino sencillamente
una obligación para ti y para mí.
Santa Teresa de Calcuta
INVOCACIÓN INCIAL Y SALUDO
V/ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
V/ Comenzamos esta oración por los difuntos poniéndonos en la presencia de Dios. A él le invocamos con este canto recordando que el motor de nuestra vida debe ser el amor.
AL ATARDECER DE LA VIDA
Al atardecer de la vida me examinarán el amor.
Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar lo quise acoger.
Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermos
me encontraron en su dolor.
Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy,
aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.
LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA
De la carta a los Efesios. (Efesios 1, 3-14)
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. (…) El nos hizo conocer el misterio de su voluntad (…) En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad– a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.
¿Debemos todos ser «santos»?
Sí. El sentido de nuestra vida es unirnos a Dios en el amor, corresponder totalmente a los deseos de Dios. Debemos permitir a Dios «que viva su vida en nosotros» (beata Teresa de Calcuta). Esto significa ser «santo».
Todo hombre se hace la pregunta: ¿Quién soy yo? ¿Para qué estoy aquí? ¿Cómo puedo ser yo mismo? La fe responde que sólo en la santidad llega el hombre a ser aquello para lo que lo creó Dios. Sólo en la santidad encuentra el hombre la verdadera armonía consigo mismo y con su Creador. Pero la santidad no es una perfección hecha a medida por uno mismo, sino la unión con el amor hecho carne, que es Cristo. Quien de este modo logra la nueva vida se encuentra a sí mismo y llega a ser santo.
ORACION
Oramos por las intenciones del Santo Padre
† Padre nuestro
† Ave María
† Gloria
ORACIÓN FINAL POR LOS DIFUNTOS
Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad
V/ Cristo ten piedad
R/ Cristo ten piedad
V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad
Padre nuestro que estás en el cielo…
V/ Dales Señor el descanso eterno
R/ Y brille para ellos la luz eterna
V/ Descansen en paz
R/ Amén
V/ Las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz
R/ Amén