EL FIN DEL MUNDO
Encomendaos a la protección de mi santísima madre;
no os desaniméis a pesar de lo que viereis y oyereis;
es una ficción del infierno que no os podrá hacer ningún daño…
Cuanto más firme y perseverantemente
permanezcáis en mi amor,
tanto más seguramente os defenderé contra todo daño.
Padre Pío de Pietrelcina
INVOCACIÓN INCIAL Y SALUDO
V/ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
V/ Comenzamos esta oración por los difuntos poniéndonos en la presencia de Dios. A él le invocamos con este canto recordando que el motor de nuestra vida debe ser el amor.
AL ATARDECER DE LA VIDA
Al atardecer de la vida me examinarán el amor.
Si ofrecí mi pan al hambriento,
si al sediento di de beber,
si mis manos fueron sus manos,
si en mi hogar lo quise acoger.
Si ayudé a los necesitados,
si en el pobre he visto al Señor,
si los tristes y los enfermos
me encontraron en su dolor.
Aunque hablara miles de lenguas,
si no tengo amor nada soy,
aunque realizara milagros,
si no tengo amor nada soy.
LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA
Del libro del Apocalipsis. (21, 1-8)
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono:
«Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos. El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó».
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
«Yo hago nuevas todas las cosas».
Y agregó:
«Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. ¡Ya está! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tiene sed, yo le daré de beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los falsos, tendrán su herencia en el estanque de azufre ardiente, que es la segunda muerte».
Palabra de Dios.
LA IGLESIA NOS ENSEÑA
¿Cómo se acabará el mundo?
Al final de los tiempos Dios dispondrá un cielo nuevo y una tierra nueva. El mal ya no tendrá poder ni atractivo. Los redimidos estarán cara a cara ante Dios, como sus amigos. Sus deseos de paz y justicia se verán cumplidos. Contemplar a Dios será su felicidad. El Dios trino habitará entre ellos y enjugará toda lágrima de sus ojos: ya no habrá muerte, ni luto, ni lamentos, ni fatiga.
ORACION
Oramos por las intenciones del Santo Padre
† Padre nuestro
† Ave María
† Gloria
ORACIÓN FINAL POR LOS DIFUNTOS
Tú nos dijiste que la muerte
no es el final del camino,
que aunque morimos no somos,
carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos,
nuestro destino es vivir,
siendo felices contigo,
sin padecer ni morir.
V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad
V/ Cristo ten piedad
R/ Cristo ten piedad
V/ Señor ten piedad
R/ Señor ten piedad
Padre nuestro que estás en el cielo…
V/ Dales Señor el descanso eterno
R/ Y brille para ellos la luz eterna
V/ Descansen en paz
R/ Amén
V/ Las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz
R/ Amén