Si hay momentos en la vida de hermandad por los que uno siente que realmente merece la pena ser de la Vera Cruz y «..haber elegido la mejor opción » (©Francisco Berjano), sin dudas uno es sentir de cerca las emociones de las personas con discapacidad (ciegos de la ONCE y sordo/ciegos de ASPACIDE) que cada año nos visitan en Cuaresma aprovechando que bajamos al Stmo. Cristo para su traslado al paso. Hacen su particular besapiés , que no es otro que tocar y sentir toda la imagen desde los pies a la cabeza para poder verlo. Lo hacen muy despacio, con un enorme respeto, como si quisieran no molestarlo ni decirle estoy «viéndote». Es enorme la satisfacción y emoción que demuestran con sus lágrimas y sus comentarios.
El origen y objeto de las imágenes de culto hay quien lo sitúa en la necesidad que tenía la Iglesia en la antiguedad de llegar al pueblo, en su mayoría analfabeto , a través de la imagen para conseguir un
acercamiento a la devoción y desarrollo de la fe utilizando el sentido de la vista. Explicar las cosas (la Palabra de Dios) ayudados de una imagen ayuda a su entendimiento. En definitiva era un objetivo cercano a lo que hoy conocemos como una catequesis.Los invidentes y más si son sordos pueden ver a través del resto de los sentidos que Dios les conserva para que desarrollen su vida. Para una imagen tallada tienen la necesidad de poder tocarla, sentirla y solo así son capaces de verla. Por eso les acercamos al Santísimo Cristo de la Vera Cruz en toda su extensión. Para que se sientan cercanos a El, para que le puedan besar, le recen, le pidan por sus intenciones y le den gracias por los beneficios que puedan obtener.
Es nuestra particular catequesis que se repite cada Cuaresma. A sus casa vienen y en su casa les recibiremos (D.m.) con toda la alegría cada vez que ellos lo decidan.
José De Cristóbal . (foto M.J. Rodríguez Rechi)