I Reflexiones: Primer día de quinario al Santísimo Cristo de la Vera Cruz

Con la colaboración de N.H. Francisco Berjano Arenado

El padre Manuel Sánchez Sánchez, canónigo de la Santa Iglesia Catedral y miembro del equipo sacerdotal de las parroquias de la Blanca Paloma y de Nuestra Señora de la Candelaria, ocupando la sagrada cátedra en estos cultos dedicados al crucificado más antiguo de la Semana Santa de Sevilla, en el primer día de predicación, nos ha dejado la siguiente reflexión:

  • El inicio de la Cuaresma, tiempo especialmente propicio para escuchar la Palabra de Dios y asimilarla, mediante la meditación y la oración.

  • La Cuaresma lleva una llamada de Dios a la conversión.

  • Y lo haremos “subiendo a la Cruz”, “agarrados al Madero”, “tocando la Cruz”

  • “Toma tu Cruz y sígueme”, es una propuesta espiritual de cómo subir al Calvario.

  • “Toma tu Cruz y sígueme”, así es como se comienzan y terminan los caminos en la Vera+Cruz.

  • Que estos días de Cuaresma sean días de silencio, “de meternos en el interior”, aunque fuera en medio de la acción cotidiana y ajetreo de nuestra vida diaria.

  • Y esto debe ser así para que no nos quedemos meramente en lo estético, sino que lleguemos a la VERDAD.

  • Todos tenemos nuestras cruces, pues pongámoslas junto al Señor, porque Él nos enseñó que la verdad de la Cruz está en vivirla dando la vida.

  • No debemos conformarnos con una existencia mediocre o licuada, sino en plenitud y ahora, en Cuaresma, surge la ocasión para hacerlo.

  • Dejemos que el Señor entre en nuestras casas, en nuestras vidas, porque en este momento, hoy, en esta Cuaresma, tenemos la ocasión de vivir en plenitud, de nacer, de hacer otra historia.

  • Ahora es tiempo de descubrir a Cristo.

  • Él cuenta con nosotros; quiere que seamos Evangelio vivo para la que salvación llegue a todos.

  • Que todo lo que hacemos cada día sea para gloria de Dios. No se puede vivir la vida en “apartaditos”; no, todo es para el Señor, viviendo integralmente en el Señor.

  • Debemos reproducir en nuestras vidas íntegramente la vida cotidiana de Jesús.

  • Para ello debemos practicar las obras de misericordia, con amor y de forma discreta.

  • Como dice el papa, el ayuno, la oración y la limosna nos servirán como “armas” para la lucha que es la vida desde el inicio.

  • Sufrir con el ayuno por amor podrá colmar el vacio de nuestro corazón.

  • Orando reconoceremos que necesitamos del Señor y de su misericordia.

  • Dando limosna compartiremos con los demás.

  • Ojalá seamos capaces de decir al Señor en estos días, voy a tomar Tu Cruz y te voy a seguir.

 

 

Paz y Bien