Estas bambalinas, bordadas en hilo de oro, son obra de Patrocinio López; encargo que hiciera para María Santísima de Loreto de la hermandad de San Isidoro.
Costeadas por Dª Juana de la Vega (viuda de Diego Tixe) y D. Francisco Iserns, el diseño, junto con el del manto procesional, fue realizado por el pintor Antonio Requena en 1879. Se ejecutó todo el conjunto entre los años 1884 a 1885, como han estudiado Mañes Manaute (1995), Ferreras y Montero (2000), Sánchez Herrero y Roda Peña (2002), Luque Teruel (2009), Dávila Armero (2010), González García (2014) o Alicia Iglesias (2019), entre otros.
Sustituido en 1929, fue vendido a la hermandad de las Penas de San Vicente en el año 1936, adquiriéndolo posteriormente nuestra hermandad en 1955 para que dos años más tarde, el 15 de abril de 1957, Lunes Santo, María Santísima de las Tristezas saliera por primera vez en procesión bajo éste.

El aspecto que presenta en la actualidad es fruto de la transformación acometida en 1953 por la hermandad de las Penas, ejecutada bajo la dirección de Cayetano González. Dicha modificación obligó a suprimir el bordado del interior de las caídas y techo de palio, la crestería exterior y el perfil ondulado de la parte inferior de las caídas hasta configurar la morfología con la que ha llegado hasta nosotros, adscribible a la tipología “de cajón”.
Como se ha dicho, el diseño es obra de Antonio Requena, pintor poco conocido que fue profesor de dibujo en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y quien elaboró también un segundo diseño para el mismo paso de la cofradía del Viernes Santo. Se resuelve a base de hojas de acantos y largos tallos estilizados que intercalan diferentes tipologías florales como tulipanes, claveles, azucenas y margaritas alternados con madroños y bellotas. Todos los especialistas que han estudiado la obra destacan su gran carga simbólica, en lo que a la utilización de diferentes elementos vegetales se refiere. Está elaborado con piezas de gran realce y variedad de técnicas de bordado, pudiéndose relacionar con las túnicas de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y Nuestro Padre Jesús Nazareno de la hermandad del Silencio, salidas del mismo taller sevillano.
El taller de “Bordados Santa Bárbara” intervino de nuevo la pieza en el año 1986, restaurándola profundamente y sometiéndola a un nuevo pasado del terciopelo. Posteriormente, a este mismo taller se le han encomendado tareas de conservación y limpieza.
Finalmente, en 2011, el taller de Charo Bernardino llevó a cabo otro proceso de restauración de las bambalinas del paso de palio de la Virgen de las Tristezas consistente en instalar unas nuevas cogidas, sustitución de las caídas por unas nuevas idénticas a las antiguas, los galones superiores y uno que se incluyó en la parte inferior de los interiores de las bambalinas junto una profunda limpieza a los bordados centrales.
En definitiva, una joya de nuestra Semana Santa, que podremos apreciar con todo lujo de detalles en la exposición «In nomine Dei».