Carta del Hermano Mayor

Foto Pepe 1Queridos hermanos en la Vera-Cruz, Paz y Bien.

Comienza en nuestra hermandad una nueva etapa de su vida orgánica. Si todo transcurre como es el deseo de la nueva Junta de Oficiales será un tiempo para afianzar el trabajo realizado por lo que nos precedieron y avanzar en la vida de hermandad y en los principios recogidos en nuestra propia constitución, los Santos Evangelios. De ahí y de nuestra pertenencia a la Iglesia a través del bautismo manan todas nuestras obligaciones y que tienen que estar relacionadas con el culto, con la caridad y con la formación de nuestros hermanos y el servicio a la Iglesia Diocesana. Y en ello nos irá todo nuestro empeño como primer objetivo.

Es mi intención poner al servicio de la hermandad toda la experiencia recogida a lo largo de los años que he tenido la oportunidad y la dicha de estar en juntas de oficiales.

La hermandad ha ido creciendo poco a poco desde su reorganización en el año 1.942 . A través del tiempo y con el trabajo y la ilusión de muchos hermanos hemos llegado hasta nuestros días.

Ha habido etapas de mayor crecimiento y otras de más dificultades. Momentos en los que hemos avanzado en nuestros fines espirituales y momentos que hemos aprovechado oportunidades económicas para crecer patrimonialmente. También tiempos difíciles y mucho remangarse las mangas para tirar del carro.

Pero siempre, sin ninguna duda, desde el cariño que los propios hermanos han puesto a lo largo de nuestra historia  para que nuestra hermandad sea lo que hoy es.

Los que tuvieron responsabilidad en Juntas de Oficiales como lo siempre recordados Antonio Soto, Oscar Quintana, Fernando Fernández, Paco Berjano, Juan de Vicente, Antonio Caballero, Pepe Cortés, Pepe Carbonell, Rafael Aragón, Javier Fal-Conde, Miguel González, Antonio Núñez, Carmen Navarro, Diego Luna … y muchos más ya fallecidos y los que tenemos la suerte que todavía hoy nos acompañen.  Todos ellos han marcado con letras de oro la historia más reciente de nuestra hermandad. A todos mi respeto y mi admiración.

Ahí debe estar el espejo de los que formaremos la junta. Ahí y en el trabajo bien hecho más reciente en los dos mandatos de Kiko Berjano (“hay que hacer las cosas en Vera-Cruz” y “no hay mejor opción que la de ser hermano de esta hermandad” y el “te quiero, te quiero y te quiero” a María Santísima de las Tristezas de su pregón que como dice nuestro Director Espiritual es la oración más bella que se le ha hecho a Virgen en toda su historia)).

La nueva Junta de Oficiales también se propone seguir en la misma línea. Habrá que estar pendientes y atender asuntos del día a día, quizás más distanciados de nuestros principios constitucionales pero
que son los que hacen que podamos reunirnos en hermandad y celebrar estos fines.

Tenemos un diario que nos obliga a toda la junta a conciliar nuestra vida familiar, laboral y de hermandad, aparte del descanso necesario.

Por ello os pido primero que nos tengáis presente en vuestras oraciones. Nos hace falta. Es mucho el compromiso adquirido.

También que seáis generosos en vuestra comprensión. No siempre acertaremos. Tampoco estaremos en todas las ocasiones a la altura de las circunstancias o al menos en la exigencia de cada hermano.

Lo que si os puedo garantizar es que vamos a derramar todo el cariño que le tenemos a nuestra hermandad en forma de trabajo y esfuerzo por llevarla al sitio soñado y fijado por los que nos precedieron, a lo más alto.

Y lo haremos con la humildad que caracteriza todos los actos de la hermandad y con el rigor que nos exige el mandato que nos han confiado nuestros hermanos.

Desde este momento ya estamos dedicados a nuestros fines y objetivos. Bienvenida sea toda la ayuda que nos prestéis y  sobre todo tened presente que las puertas de nuestra capilla y las de nuestra casa de hermandad permanecen abiertas de par en par para que todos, absolutamente todos, pasemos por ellas con toda la frecuencia que a cada uno le sea posible.

Si conseguimos lo que nos proponemos, habremos podido grabar en el corazón de cada hermano el “soy de la vera-cruz” que nuestros antepasados grababan a cincel y martillo como señal de pertenencia en todo el patrimonio de la hermandad.

Y que el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima de las Tristezas os den su bendición y su
protección en todo momento.

A vuestra disposición. Un abrazo.

José De Cristóbal González

Hermano Mayor