La Navidad de un cofrade
A partir de una reflexión del Papa Francisco en la Encíclica “Evangelii Gaudium” quiero daros mi punto de vista sobre el tiempo que nos llega, sobre la Navidad.
Nos dice el Papa Francisco que “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente” (n. 2).
Una vez más de una forma muy clara el Pastor de la Iglesia Universal nos lleva por el camino de no dejarnos llevar por lo superficial de evitar que los árboles no nos dejen ver el bosque.
Los cofrades debemos cuidar que nuestro corazón siga cubierto por los pobres como nos decía muy acertadamente nuestro Director Espiritual en su charla sobre las Bienaventuranzas hace unos días.
Son muchos los peligros que acechan en estos días, esos “pleceres superficiales “ que nos dice el Papa Francisco, pero nosotros debemos seguir a lo nuestro, a seguir escuchando la palabra del Amor, a procurar seguir haciendo el bien.
Por ello os propongo la asistencia al Triduo a nuestra amantísima Titular, María Santísima de las Tristezas, que comienza mañana día 6 de Diciembre, como preparación para vivir esa Navidad que solo un cristiano puede hacerlo, llena de amor y CARIDAD con el prójimo.
Tendremos la oportunidad ante su cara bendita de rezar y pedir por los que nada o muy poco tienen y de ofrecer todo lo bueno que nos pueda dar la vida. Nuestra familia, la salud, la hermandad..
Os espero estos tres días de Triduo en compañía de la Junta de Oficiales que día a día se preocupa de que todo esté preparado y en perfecto orden de revista para recibir a nuestros hermanos con todo el cariño y afecto que se merecen.
Y que nuestra Navidad sea la de un cofrade, la de una persona comprometida y que cuida que su corazón no se convierta en “cómodo y avaro”.
Paz y Bien.
José de Cristóbal González
Hermano Mayor