Dice san Francisco en su Regla: «Todos los hermanos aplíquense a sudar en la realización de buenas obras, porque está escrito: Haz siempre algo bueno, para que el diablo te encuentre ocupado. Y de nuevo: La ociosidad es enemiga del alma. Por eso, los siervos de Dios deben perseverar siempre en la oración o en alguna obra buena» (1 R 7,10-12).