Nota manuscrita de Fr. León en el breviario de Sta. Clara: «Francisco hizo escribir este evangeliario. Y el día que no podía oír misa, por motivo de enfermedad o por cualquier otro notorio impedimento, se hacía leer el evangelio que aquel mismo día se leía en la iglesia durante la misa. Mantuvo esta práctica hasta su muerte. Pues solía decir: «Cuando no oigo misa, adoro el cuerpo de Cristo con los ojos de la mente en la oración, como lo adoro cuando lo veo en la misa»».
SANTA MARÍA DE LA PURÍSIMA DE LA CRUZ:
Nació en Madrid, de una familia de alto nivel social, en 1926. El año 1944 ingresó en la congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz. Era culta y distinguida, y se hizo seguidora fiel de santa Ángela de la Cruz. Ocupó diferentes cargos en la formación de sus jóvenes y en el gobierno, hasta el de Madre general de la Compañía desde 1977 hasta su muerte. Iluminada por la sabiduría de la Cruz, austera y pobre para sí misma, se entregó a todos los que la necesitaban, especialmente a las niñas de los internados. También los pobres y enfermos ocupaban un lugar privilegiado en su corazón. Gobernó la Compañía con incansable celo, empeñada en hacer vida el carisma de santa Ángela, dando ejemplo con su vida sencilla, humilde y llena de fe, y su figura sonriente que infundía paz y fortaleza espiritual. Falleció en Sevilla el 31-X-1998. Canonizada el 18-X-2015.-